Las Hoces del Duratón se encuentran en la provincia de
Segovia, entre las localidades de Burgomillodo y Sepúlveda, a lo largo de 25
kilómetros de cauce del río Duratón. Es declarado parque natural en junio de
1989, con 5037 hectáreas de extensión.
Cualquier época es buena para realizar ecoturismo por este
enclave. El invierno, pese a las nevadas esporádicas, cuenta con el aliciente
de los vuelos nupciales de los buitres leonados. En otoño, resultan
espectaculares las choperas, con sus colores amarillos que anuncian la pérdida
de las hojas. En primavera, no obstante, existen restricciones de paso en diversas
zonas por razones estrictamente de conservación (aves protegidas nidificando).
En las Hoces del Duratón podemos encontrar paisajes
espectaculares, con enormes cortados y paredones calizos (algunos con 70 metros
de caída libre) flanqueando el curso del río Duratón a lo largo de todo el
parque natural.
Además, nos toparemos con nutridas poblaciones de aves
rapaces, con el buitre leonado como estandarte. Su población se calcula en 250
parejas nidificantes. No solo podemos ver buitres, también observaremos alimoches,
halcones peregrinos e incluso águilas reales. La lista de aves alcanza las 130
especies.
Entre los mamíferos destaca la nutria, un mustélido acuático
en peligro de extinción en España. Por las parameras circundantes merodean
zorros, jabalíes, liebres, gatos monteses, ginetas y erizos.
La flora destaca por las impresionantes masas de arbolado
ribereño, con chopos, sauces, alisos y fresnos. Fuera del cauce abundan las
sabinas y los enebros, que se alternan con tomillares, pinares de repoblación y
encinares.
Rutas de ecoturismo por las Hoces del Duratón
De Sepúlveda a Burgomillodo siguiendo el curso del Duratón.
(8 -10 horas, nivel medio)
Esta ecorruta parte de la puerta de la Fuerza, en la muralla
de Sepúlveda, en el puente de Picazos por la calzada romana. Una vez cruzado
dicho puente, tras pasar la denominada huerta del Obispo, se llega al puente
Talcano (romano), en la confluencia del río Caslilla con el Duratón.
Aproximadamente 2 kilómetros después, aparecen las ruinas de la ermita de San
Julián, tras haber atravesado angosturas del cañón realmente espectaculares.
El recorrido sigue hasta el puente de San Juan, por donde
pasa la carretera de Sebulcor a Villaseca, no tiene pérdida. Allí, tras casi 5
horas de marcha y si las fuerzas flaquean, es posible recurrir a un conductor
de apoyo y trasladarse hasta Villaseca para seguir la pista en coche.
Después de encontrar el aparcamiento, se puede visitar la
ermita de San Frutos tras un agradable paseo de poco más de 1 kilómetro. La
ecorruta a pie, en cualquier caso, continúa por la margen izquierda del río,
una vez atravesado el citado puente de San Juan, y discurre por lo alto de los
cortados, con extraordinarias panorámicas de los meandros y hoces más notables.
En un punto intermedio de este segundo tramo, a unas dos
horas después de reiniciar la andadura, aparece una amplia pista que baja hasta
el río (utilizada por piragüistas) y la senda que desciende hasta las ruinas
del monasterio de la Hoz, un paraje de singular belleza; enfrente existe uno de
los dormideros y sesteaderos de buitres leonados más frecuentados, tanto en
época de cría como fuera de ella.
Más adelante, después de varias curvas muy sinuosas del río,
el viajero se encuentra ante la península rocosa donde se alza la ermita de
Frutos. A un paso (poco más de 1 kilómetro) queda la presa de Burgomillodo,
punto de destino.
De Sepúlveda a Duratón por las riberas del río Caslilla.
(30
km, nivel bajo)
Las joyas histórico – arquitectónicas de la villa de
Sepúlveda son suficiente excusa para pasar toda la mañana recorriéndolas. Entre
ellas destacan las iglesias de El Salvador y San Bartolomé (siglos XI y XII
respectivamente), el santuario de la Virgen de la Peña, e incluso la propia
iglesia de Santiago, hoy convertida en Centro de Interpretación del Parque
Natural. Por la tarde, se puede completar la visión histórica de la zona con el
desplazamiento hasta el pueblo de Duratón, cuya iglesia románica conserva
capiteles de belleza sin par, con bajorrelieves que representan, entre otras
cosas, la riqueza faunística de la comarca, con el oso como especie más
significativo.
La posibilidad de efectuar el recorrido en bicicleta permite
tomar contacto, a lo largo de los 30 kilómetros del trayecto recomendado
(Sepúlveda – Duratón por Vellosillo y vuelta a Sepúlveda), con los valores
naturales de las frondosas riberas del río Caslilla, en primer lugar y del río
Duratón, más tarde, al regresar, en el tramo procedente al parque natural;
ambas forman parte del inventario que se incluiría en cualquier ampliación futura
del actual recinto protegido.
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